25 de enero de 2007

Cambia tu percepción. Piensa

Esta mañana me he chupado mi primer atasco toledano. Media hora en lugar de los diez minutos que tardo normalmente en llegar al curro.

Pero no creo que se repita: la causa ha sido un camión averiado en la salida de la autovía que lleva al polígono industrial, donde están varias Consejerías y un montón de empresas.

Y durante el atasco, mi primera nevada toledana, que no ha durado mucho pero sí me ha hecho mucha ilu.

Menos mal que tenía mi radio nueva para amenizarme el rato, y así he podido escuchar un anuncio de la nueva campaña de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción, que en Radio Nacional han presentado como Fundación de Ayuda a la Drogradicción. Ups.

La campaña lleva por título "Cambia tu percepción. Piensa" y pretende incidir en el hecho de que "Los problemas de drogas hoy en día no tienen el aspecto que imaginas, tal vez por eso no los ves".

La cuña radiofónica decía algo como:

“Hace veinte años, escribías cartas. Ahora, mandas e-mails. Hace veinte años usabas
un teléfono fijo. Ahora no sales sin tu móvil. Hace veinte años la imagen de alguien con problemas de drogas era la de una persona demacrada, sin dientes y que cometía atracos. Ahora… también. Las cosas cambian. Los problemas de drogas hoy en día no tienen el aspecto que imaginas. Tal vez por eso no los ves”


Leo en su página web lo siguiente:

El objetivo es intentar sensibilizar a la sociedad sobre el cambio que en las últimas décadas se ha producido en los problemas derivados del consumo de drogas y como éstos pueden pasar, y de hecho están pasando, desapercibidos para la sociedad en general.

En el imaginario colectivo, persiste el estereotipo de que los únicos problemas que puede causar un consumo abusivo de drogas se enmarcan dentro del ámbito sociosanitario o dentro de los problemas de orden público. Por otra parte, también persisten determinados clichés estéticos sobre las personas con problemas de drogas que no son necesariamente ciertos en muchos casos.

Este estereotipo está heredado de los años 80 y se corresponde con la situación de consumo extensivo de heroína que España atravesó a finales de esa década. Sin embargo, desde entonces, los perfiles de los consumidores, las sustancias y las pautas de consumo han cambiado radicalmente. De hecho según la última investigación de la FAD y Obra Social de Caja Madrid “Jóvenes, valores, drogas” los consumos de drogas en los jóvenes tienden progresivamente a un carácter más transversal. El perfil de los consumidores cada vez se aproxima más a la media poblacional. Es decir, que cada vez tienen menos influencia en el consumo de drogas variables como el hábitat, la clase social o el género.
En general, y según las últimas investigaciones de la FAD, podemos afirmar que el perfil del consumidor hoy en día se correspondería con una persona joven, completamente integrada, que puede no sufrir a corto plazo consecuencias médicas visibles, pero que está expuesto a sufrir otra serie de problemas íntimamente relacionados con el consumo de drogas como, por ejemplo, fracaso escolar, violencia entre iguales, dificultades de inserción laboral, de socialización, problemas en el ámbito familiar, etc.

En cierta medida, se está produciendo un proceso de “invisibilización” del fenómeno y una desmovilización social frente a él. De hecho, según el barómetro del CIS las drogas ocupaban en 1995 el quinto lugar en la escala de preocupaciones de los españoles. Hoy en día ocupan el undécimo lugar por debajo de paro, inmigración, terrorismo, vivienda, inseguridad ciudadana, problemas económicos, la clase política, calidad del empleo, la educación y la sanidad.

Sin embargo, paradójicamente nos encontramos en el momento histórico en el que más drogas ilegales -excepto heroína- se consumen, sobre todo entre jóvenes y adolescentes.

Según datos de la última Encuesta Estatal sobre el Uso de Drogas en Enseñanzas Medias (año 2004), en 1994 un 20,9% de los estudiantes españoles de 14 a 18 años afirmaba haber consumido cannabis alguna vez, mientras que en 2004 el porcentaje se eleva al 42,7%. En cuanto al consumo de cocaína, un 2,5% de los estudiantes aseguraba en 1994 haber consumido cocaína en alguna ocasión. En 2004 el porcentaje se situaba en un 9%. Si atendemos al consumo de éxtasis y drogas de síntesis, un 5% de los estudiantes afirmaba haber consumido estas sustancias en alguna ocasión en el año 2004. En cambio, en 1994 el porcentaje de estudiantes que realizaba esta afirmación era de un 3,6%.
(Los énfasis son míos)

Y pienso que todo esto, en lugar de un motivo de alarma, como tratan de vendérnoslo para que estemos alerta y vigilemos a nuestros conciudadanos buscando cualquier pequeño síntoma de adicción, podía tomarse muy al contrario como señal de normalización: casi la mitad de los jóvenes españoles han probado "las drogas" (ese cajón de sastre donde caben desde el cannabis a la heroína) y, que yo sepa, no se ha producido la hecatombe que tantos vaticinan.

17 de enero de 2007

In the news

El gran Kris Kristofferson cumplió los 70 el año pasado, y lo celebró con el primer disco con canciones nuevas en mucho tiempo, del que creo que ya he dicho algo aquí alguna vez.

Es música desnuda, guitarra y voz, una voz curtida y rasgada, varonil y tierna.

Y letras cargadas de experiencia, de compasión, de amor y de agradecimiento por la buena vida que ha podido vivir.

Acabo de ver el vídeo de una de sus canciones, In the news, un alegato contra la guerra, contra Bush, contra la violencia, contra la destrucción de este hermoso planeta en el que vivimos.



In the news

Read about the sorry way he done somebody's daughter
Chained her to a heavy thing and threw her in the water
And she sank into the darkness with their baby son inside her
A little piece of truth and beauty died

Burning up the atmosphere and cutting down the trees
The billion dollar bombing of a nation on it's knees
Anyone not marching to their tune they call it treason
Everyone says God is on his side

See the lightning, hear the cries
Of the wounded in a world in Holy war
Mortal thunder from the skies
Killing everything they say they're fighting for

Broken babies, broken homes
Broken-hearted people dying everyday
How'd this happen, what went wrong
Don't blame God, I swear to God I heard him say

Not in my name, not on my ground
I want nothing but the ending of the war
No more killing, or it's over
And the mystery won't matter anymore

Broken dreamers, broken rules
Broken-hearted people just like me and you
We are children of the stars
Don't blame God, I swear to God he's crying too

Not in my name, not on my ground
I want nothing but the ending of the war
No more killing, or it's over
And the mystery won't matter anymore

Read about the sorry way he done somebody's daughter
Chained her to a heavy thing and threw her in the water
And she sank into the darkness with their baby son inside her
A little piece of truth and beauty died


Kris Kristofferson

12 de enero de 2007

Empezado el día con alegría mala baba

Soy un radiófilo empedernido.

Me duermo todos los días acunado por el sonido de las tertulias políticas (magnífica la de Radio Nacional, dirigida por Fermín Bocos y con contertulios de amplio espectro, que discuten en ocasiones con dureza pero siempre con respeto) o los programas deportivos (alguna vez, hasta me he tenido que tragar los rollos taurinos para poder conciliar el sueño), me despierto y desayuno con las primeras noticias del día. Y me gusta cambiar de emisora, aunque debo reconocer que mi abanico no es muy amplio: mucha Radio Nacional (Radio 1, Radio 3, Radio 5) y algo de SER.

Y, en mis últimamente frecuentes desvelos nocturnos, incluso algo de COPE (el programa de madrugada, A cielo abierto, está muy bien).

Hoy he dormido de un tirón, que ya tocaba, pero mientras aún remoloneaba en la cama se me ha ocurrido ver qué me contaba el inefable Federico Jiménez Losantos.

Y no me ha sorprendido: además del inevitable toque de chulería que impregna todos los informativos de la COPE, ración doble de mala baba, de demagogia de la más barata.

El formato es el siguiente: alguien va leyendo las noticias del día y, de cuando en cuando FJL ordena parar, se despacha a gusto con su retahíla de siempre (Polanco-PRISA-ZP-ETA-11-M), y después pide una nueva noticia, para repetir el mismo rollo con otra sarta de epítetos a cual más apoteósico (En el ratito que le he escuchado, ha llegado a decir que Zapatero era el personaje más dañino en la historia de España de los últimos dos siglos... Debe estar casi a la par con un tal Francisco Franco).

Puf, me está saliendo un post casi tan manipulador como FJL. A ver cómo lo arreglo :-P

Reconozco que a mí Zapatero me parece, cada vez más, un bobo solemne. No aguanto su tono paternalista, su pésima retórica (solo superada por los ladridos de su antecesor), su idea mesiánica de la política, su confusión y opacidad.

Pero personajes como FJL, que aplican la lógica simplista, militar, del conmigo o contra mí, que basan su crítica en el insulto y la mofa, en la manipulación y la hipérbole, me parecen muy peligrosos para la convivencia.

Que tanta gente, incluso personas a las que quiero y aprecio, empiecen el día con su ración de mala baba, no sé si me da más rabia o pena.

Pues sí que lo he arreglado... Para paliar la demagogia he caído en la solemnidad. Je.

3 de enero de 2007

El sarcástico disco de Navidad que Sinatra grabó tras un divorcio (y no se animó a editar en vida).

Por Rodrigo Fresán

Es conocida la costumbre de las estrellas pop por –tarde o temprano– grabar su manifiesto navideño en forma de villancicos tradicionales o propios. También, es cierto, los discos y CD siempre se llevaron bien con Papá Noel y son muy prácticos a la hora de adornar el arbolito. A nadie molesta la idea de mostrarse sentimental mientras se engrosa la cuenta bancaria, lo mejor de ambos mundos, y así, por citar a unos pocos, Odetta, Bing Crosby, Ray Charles, Elvis, The Beatles (y Lennon y McCartney y Starr por separado), innumerables rejuntes benéficos de super-estrellas, John Prine, The Pogues y, ahora, Aimee Mann y Sufjan Stevens han cantado sus ho ho hos y todos felices.

Lo que no trascendió hasta ahora es la historia secreta de Blue Christmas: el fallido y definitivo álbum depresivo-navideño de Frank Sinatra como pieza complementaria de lo que podría definirse como su “Suicidal Period” conformado por los muy celebrados y oscuros In the Wee Small Hours (1955), Where Are You? (1957), Frank Sinatra Sings for Only the Lonely (1958), No One Cares (1959) y Point of No Return (1961) y en los que un “Ol’ Blue Eyes” en teoría acabado se reinventó como triunfante loser especializado en canciones de esas que se cantan, justo antes de cerrar, acodado en la barra de bares vacíos antes de volver a pisitos de soltero/divorciado más vacíos todavía.

Seguramente inspirado por la demorada pero inevitable firma de los papeles del adiós a su tormentoso matrimonio de seis años con Ava Gardner, a principios de noviembre de 1957, un Sinatra más melancólico que nunca le comenta a su por entonces arranger Gordon Jenkins sus ganas de grabar todo un disco “donde los christmas carols se convirtieran en torch-songs, un álbum especialmente pensado para todos aquellos, y somos muchos, convencidos de que la Navidad es el momento más inapelablemente triste del año”. Entusiasmado, Jenkins se pone a buscar canciones pero no encuentra demasiadas. Es entonces cuando recuerda a un par de ocurrentes y sarcásticos redactores publicitarios que conoció en una fiesta y que, pocos años después, serían justamente reconocidos como dos de los más finos y bestiales cultores del humor negro judío: Bruce Jay Friedman y Joseph Heller. Ambos se ponen a trabajar a toda velocidad, Jenkins ensambla una pequeña banda que incluye a un púber Randy Newman (que también pudo haber contribuido con más de un verso), y en un par de semanas hay 13 canciones cuyos títulos lo dicen todo: “Call Me Scrooge (I Don’t Wish You A Merry Anything)” es la letanía de alguien que odia las fiestas, “Santa’s Dead” cuenta de un padre explicándole a su pequeño hijo por qué se va de casa y, de paso, diciéndole que no sea idiota y deje de creer en tonterías, “Where’s the Snow?” narra unas depresivas Navidades en Miami, “Jesus Wept” es el irreverente monólogo de un J.C. advirtiendo que él no nació el 24 de diciembre, “We’ve Run Out of Mistletoe” es el lamento de un nerd que no encuentra a nadie a quien besar, “Santa Claus Is NOT Coming to Town” recuerda las Navidades de la Gran Depresión, “I Used to Be (A Little Drummer Boy)” se ocupa de aquel que descolló en la high-school pero que ahora..., “I Saw Santa Kissing My Little Sister” es un perturbador sketch pedófilo, “One Last Drink for Me (And Another for George Bailey)” homenajea a esos “buenos tipos” à la Frank Capra a los que todo les sale mal, “Pink Reindeers and Laughing Elves” es la carcajada desesperada de un alcohólico pasado de ponche y “Blue Christmas”, “Noisy Night” y “Jingle Bells” son relecturas desesperadas de los clásicos “White Christmas”, “Silent Night” y un “Jingle Bells” donde los cascabeles son suplantados por campanas funerarias.

Para cuando todo estuvo listo –incluyendo una foto en blanco y negro para la portada en la que el crooner aparecía caminando a solas por un basurero rebosante de pinos navideños que nadie había comprado– Sinatra ya estaba de mucho mejor humor, prefiriendo grabar el muy convencional y “feliz” A Jolly Christmas from Frank Sinatra (1957). Heller y Friedman relataron su breve e intensa aventura a unos cuantos amigos, pero nadie les cree y, con el tiempo, llegaron a pensar –muy dickensianamente– que lo habían imaginado todo.