30 de abril de 2009

Happy birthday, uncle Willie!

Pongo Radio 3 (cosa que hago con mucha menos frecuencia de la que debería), y me entero, gracias a Juan de Pablos, de que hoy cumple 76 añazos el gran Willie Nelson.

Aunque suelo preferir las voces masculinas graves, viriles, del estilo de su colega Johnny Cash, el jefe Van o mi adorado Leonard, Nelson tiene algo único, mágico, que le permite transmitir sabiduría, calma, emoción de verdad y esa alegría que se siente al hacer lo que a uno más le gusta hacer. Y encima con esa inconfundible y hermosa cabellera roja...

Iba a poner aquí el vídeo de una maravilla (sin duda en mi all-time top ten, lo cual dice bastante de mí...), cantada a dúo con Norah Jones, pero no es suya, sino de Waylon Jennings, y además recordé que ya la enlacé hace un tiempo.

Según tengo entendido, Nelson podría ser equivalente blanco de otro de los más grandes, Ray Charles.

Si éste se atrevió a sacudir las barreras raciales al sacar un disco de country a principios de los años 60, el tío Willie, que empezó componiendo canciones vaqueras para otros intérpretes (como el mítico Crazy, que hizo famoso en su día Patsy Cline, y aquí canta el homenajeado junto al matrimonio más cool del panorama musical, Elvis Costello y Diana Krall), llegó a cantar a dúo con Julio Iglesias (tranquilos, ésa seguro que no la pongo aquí...) e incluso a grabar un disco de reggae.

Y todo esto sin dejar de ser el icono, el paradigma, de lo que Kris Kristofferson llamaría el wild American, the one they never tamed.



Crazy

Crazy
I'm crazy
Crazy for feeling so lonely
I'm crazy
Crazy for feeling so blue

I know
You'd love me as long as you wanted
Then someday
Leave me for somebody new

Worry
Why do I let myself worry
Wond'ring
What in the world did I do

Crazy
For thinking that my love could hold you
I'm crazy for crying
I'm crazy for trying
I'm crazy for loving you

Willie Nelson

Añado este otro vídeo con los dos cracks mano a mano...

Siguiendo con mis obsesiones...

"No tenemos una sola identidad. Podemos tener una identidad nacional, una identidad ética -que no es menos importante-, una identidad cultural y muchas otras. Yo estoy seguramente mucho más cerca de un liberal de Uruguay que de un fascista italiano, por ejemplo. ¿Por qué ser italiano o catalán debe ser más importante que ser creyente o no creyente? Si alguien me dice que es creyente voy a saber algunas cosas sobre su identidad mucho más reveladoras que si me dice que es español."

"Reconoce que se esperaba un cierto resurgimiento de los nacionalismos, de la tendencia a cerrarse sobre las pequeñas identidades, y lamenta que, hasta cierto punto, "se ha perdido la sensación de la pertenencia a un mundo común: la mitteleuropa". "Hay dos memorias", apunta, "la que se sitúa en la continuidad y aquella obsesionada con el pasado, obligada a presentar la factura de todos los agravios padecidos en el pasado, empeñada en un victimismo competitivo consistente en poder esgrimir más víctimas que el vecino"."


Claudio Magris, citado en El País de hoy.
De mis incursiones en las librerías londinenses (Foyle's incluida, gracias, c.) y cantabrigenses, además de demasiados libros que se suman a mis ya demasiados libros (y cómo me gusta a mí eso...), acabé comprándome (gracias al empujoncito final de D) un lector de libros electrónicos, el Sony Reader, que acabará siendo, románticos adoradores del papel aparte ;-), el formato más habitual de lectura para quienes somos incapaces de concentrarnos al leer de una pantalla de ordenador (o sea, retroiluminada).

En fin, que esa compra hizo que ayer me pasase un rato desechando papeles varios que habían tomado al asalto la sobrepoblada mesa de mi pequeña habitación. Y entre ellos, un texto de Savater (sí, Savater de nuevo, qué pasa), publicado hace unos meses en la revista hispano-mexicana Letras Libres, del que, antes de que acabe en el contenedor azul, quiero dejar aquí esta magnífica frase:

La poesía que se toma científicamente en serio a sí misma y pretende tener una explicación del cosmos mejor que la ofrecida por el método científico es lo que suele llamarse “religión”: su única excusa es que se trata de una supervivencia del pasado en que la ciencia era menos que un esbozo y por entonces cumplió la función de calmar la incertidumbre de la ignorancia... tapando la ignorancia con leyendas. En la acera de enfrente está la actitud de quienes confunden el experimento con la experiencia, decidiendo que toda pretensión de significado simbólico –es decir, poético– que no se atenga al materialismo que da cuenta exterior de los efectos y las causas es un engaño nocivo, voluntario o involuntario. Esta pretensión reductora no es, claro, científica sino cientifista –es decir que convierte a la ciencia en ideología– y su única excusa es que responde a la secular agresión contra el conocimiento verificable de las instituciones religiosas, poderosas e inquisitoriales antaño pero también hoy en demasiadas ocasiones y lugares.

Fernando Savater, en "¿Es tolerable la tolerancia religiosa" (Letras Libres de marzo de 2009).

16 de abril de 2009

Paladear el idioma



A pesar del entrevistador, Soler Serrano, que me resulta insufrible, y que en más de una ocasión comete la blasfemia de completar las frases cuando el maestro se atranca en su tartamudez, esta entrevista (en diez partes, buscad en youtube), y esta otra (en nueve) en el mismo programa de TVE pero de 1980, son una verdadera maravilla:

La diversidad humana

En mi primer libro, Nihilismo y acción (1970), incluí un ensayito sobre Moby Dick cuya lectura aún sigo soportando sin mayor sonrojo. Empezaba así. "Cada hombre se parece más a todos los hombres que a ese arbitrario y simple fantasma que llamamos él mismo". Expresa una convicción que he ido reforzando con los años. Aunque ahora esté de moda insistir en que la riqueza humana es nuestra inagotable diversidad y hasta nuestras irreductibles diferencias culturales, siempre he creído que lo verdaderamente precioso para nosotros -intelectual y prácticamente- es nuestra fundamental semejanza. Gracias a ella podemos comprender las necesidades y anhelos de los otros, colaborar con ellos y aprender de todos, traducir ideas y compartir las historias o los poemas. Somos seres simbólicos y por tanto hechos para resultar inteligibles los unos para los otros. Nuestras distintas formas -Holderlin dijo: "el espíritu gusta darse formas"- son la vivacidad de nuestra condición, pero lo que tenemos en común es su fundamento. Por ejemplo, es mucho más esencial que todos los humanos posean lenguaje que el que hablen esta o aquella lengua...

Fernando Savater

London calling

Primero fue el sur.

Ahora toca el norte: el sábado enfilo con mis padres hacia Londres, hasta el viernes, y después fin de semana en Cambridge, con el jefe D.

No tengo mucha idea de lo que haremos allí, aparte de patear y patear.

Pero eso sí, voy con los deberes hechos.

:-P

3 de abril de 2009

Once again: Hallelujah!

Leonard Cohen pasará en verano por España.

Para leer mejor

Cada día, yo me hago mi particular resumen de prensa a partir de las páginas web que me parecen más interesantes.

Como no soy un nativo digital, por mucho que me pese, sigo necesitando imprimir en papel cualquier cosa medianamente larga que pretenda leer. Así que paso un ratito copiando texto de la web al documento Word y formateando a mi gusto (quitando imágenes, cambiando tipos de letra, tamanos, separaciones...) para aprovechar al máximo el papel que voy a gastar.

Recientemente, vía Lifehacker, he descubierto dos bookmarklets muy útiles para mejorar la legibilidad de las páginas, tanto si es para leerlas directamente de la pantalla como si es para copiar el texto a otro documento:

Readability y Readable.

Se guardan como cualquier otro marcador (mejor si es en la barra de herramientas de marcadores, porque se usarán a menudo) y, cuando se está en la página que se quiere leer, se pulsa sobre ellos y con un poco de Javascript cambian la presentación del texto, eliminando la mayoría de las distracciones para la lectura.

Si se quiere volver a la presentación original, basta con recargar la página.

1 de abril de 2009

Coming back to you...

Como quien no quiere la cosa, me he montado un plan de semanita en la playa.

Primero en familia, luego unos días solo.

Y, como cada vez que viajo, aunque sea para volver una vez más a Salobreña, fantaseo sobre todo con una cosa: la cantidad de libros que voy a poder leer.

Sé que no será así, que no encontraré la tranquilidad, la concentración, las ganas, pero en un arranque de "flipadez", acabo de amontonar unos diez libros que me gustaría leer esta Semana Santa:

Libros geeks: desde programación con Ruby on Rails a otro más sobre la revolución de Google (en français, en plus), pasando alguno de los que tengo pendientes desde que me llegaron hace ya no sé cuánto.

Y alguno más normalito, rememorando otras lecturas mientras me preparo para la próxima excursión...

Y, como cada vez que bajo a mi playita, el inevitable libro de poemas, por si me entra la vena (¿alguien lo duda?) y me lo llevo para que me haga compañía mientras contemplo la puesta de sol que ahora mismo ilustra mi perfil.