6 de abril de 2008

Hace semanas descubrí una voz intensa, oscura y verdadera, de las que creo que me acompañarán mucho tiempo.

Y me impresionó no sólo por sus versos, sino también por su nombre: Idea.

Leo ahora, en uno de los seis o siete libros que he comprado esta mañana en La Central del Reina Sofía (el hipertexto llevado al extremo: en lugar de pestañas en el navegador, abro libros enteros a la vez...) que tenía cuatro hermanos: dos varones (Numen y Azul) y dos mujeres (Alma y Poema).

Y lo entiendo todo.

O sea, nada.

(Por cierto, en algún sitio encontré un fragmento de una entrevista con Idea)

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