3 de abril de 2008

Sigo aún bajo los efectos de la epifanía ;) que viví en Buenos Aires.

En concreto, hay dos ideas que me rondan (pese a que todo parecía indicar lo contrario, va a resultar que me cabe más de una en la kabeza...):

Una, que pese a que siempre he sido consciente de mi ignorancia, de los vastos océanos de mi ignorancia, que diría el poeta, hasta ahora no había hecho nada por remediarla, o al menos por ponerle algún dique. La gente tiene de mí una imagen poco ajustada a la realidad (sobre todo aquí en Toledo, donde soy el friki que desayuna y come solo, sin levantar la vista de mis "papelitos"), porque hablo de lecturas, de libros, de páginas web, creen que debo de leer mucho. Y no es así. En absoluto. Llevo mucho tiempo picoteando de aquí y de allí, leyendo artículos, textos cortos, pinceladas, introducciones, pero sin estudiar, sin aprender, sin intentar comprender. (g puede dar fe de mi criterio principal a la hora de comprar libros: la probabilidad de que los acabe comprando es inversamente proporcional a su grosor...)

La otra idea, relacionada con la anterior, es la sensación de que me estoy "localizando", de que he cedido a la sutil pero innegable "presión" ambiental que incita a reducir el ámbito de atención a lo que sucede en España (escuchando radio, leyendo prensa española).

Como cada vez que salgo del país y desconecto de su actualidad, me doy cuenta de lo pobre que es nuestro debate político, siempre centrado en los mismos pocos asuntos, que no son ni mucho menos los más importantes, y con una estricta división partidista, que lo empobrece y limita aún más: o conmigo o contra mí.

Para combatir estas dos tendencias, y por recomendación de mi querido tío, los últimos días aprovecho mis dos horas diarias de coche para escuchar los podcasts de la BBC y de Radio France. Y yo, que soy defensor de nuestra Radio Nacional de España, que es para mí, con mucho, lo mejor que se puede escuchar aquí, debo reconocer que tanto británicos como franceses nos dan mil vueltas...

Para no dejar el honor patrio mancillado :), recomiendo también el archivo de conferencias de la Fundación Juan March que, si bien no trata temas de estricta actualidad y tampoco tiene el encanto de lo exótico que yo tanto aprecio en los idiomas extranjeros, no por ello deja de ser interesante.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

celui qui sait qu'il ne sait pas saura...

g dijo...

Es mi obligación disentir de la afirmación del punto 1 (que no lees), aún cuando ratifico que compras libros según su grosor.
Creo que te sucede algo similar que en el punto 2. Te pesa en exceso el concepto de cultura, y en particular de lectura, que se estila en España, donde para las estadísticas cuentan los que leen el 20 minutos o el Qué?, pero se entiende que leer es sólo lo que sucede entre las cubiertas de un libro.
Error. Leer es el ejercicio intelectual mediante el cual el sujeto aborda un texto y participa con sus lecturas anteriores, interactuando de tal manera que genera conceptos nuevos en un proceso de lectura permanente a lo largo de su vida.
Eso es leer, no sumar títulos.
Ahí están los europeos, que desde su más tierna infancia son entrenados en el arte de la lectura en diagonal y/o rápida, sin más afán que aprender a picar de aquí y de allá para más tarde profundizar en lo que les interese o necesiten para aumentar su proceso personal de lectura.

Y también me opongo a la idea de que es posible ponerle diques a la ignorancia (en esta materia). Cierro con un par de citas de Gabriel Zaid de Los demasiados libros, que apuntalan esta afirmación:

"En el primer siglo de la imprenta (1450-1550), se publicaron unos 35 mil títulos, en el último medio siglo (1950-2000) mil veces más: unos 36 millones."

"Los libros se publican a tal velocidad que nos vuelven cada día más incultos. Si uno leyera un libro diario, estaría dejando de leer cuatro mil, publicados el mismo día. Es decir: sus libros no leídos aumentarían cuatro mil veces más que sus libros leídos. Su incultura, cuatro mil veces más que su cultura."

Pues eso, que está bien abrir los ojos al mundo (sobre todo porque lo de España es demasiado pequeño), pero que no es necesario hacerlo con el látigo en ristre y denostándose a uno mismo.

Un beso catártico,

g

grankabeza dijo...

Savoir qu'on ne sait pas est une condition nécessaire, mais non pas suffisante, pour arriver à savoir.

Il faut quelque chose de plus que je ne suis pas encore sûr d'avoir en moi: de la persévérance, du calme pour réfléchir aux sujets, à ses relations et implications...

Enfin, il semble que je viens de découvrir la Méditérranée :)

grankabeza dijo...

Quizá yo comparta el concepto que en España se tiene de la cultura, o quizá lo que me pasa es que me ha llegado, como a todo buen europeo ;), el momento de profundizar en algo y dejar de picotear de aquí y de allá.

En todo caso, creo que mi costumbre de comprar muchos más libros de los que empiezo a leer, y empezar muchos más de los acabo, no es demasiado buena para aprender algo.

Pero yo qué sé.

Tengo la sensación de que, de pasar tantas horas frente al ordenador, mi mente se ha "hipertextualizado", me veo incapaz de mantener la atención en un único texto durante un rato largo, necesito pinchar en los vínculos, abrir más pestañas, leer cuatro o cinco cosas a la vez, buscar el significado de no sé qué palabra mientras miro en Wikipedia quién era no sé qué fulano, y a la vez sigo al tanto de los resultados del fútbol...