31 de diciembre de 2010

Deseo para mis lectoras en 2011

Éste es mi deseo para el año que viene: Que seamos capaces de superar las limitaciones que nosotras mismas nos imponemos.

He escrito sobre esto alguna vez aquí, pero ahora no lo encuentro: pienso que para gente privilegiada como somos la mayoría de mis lectoras y yo, a menudo, tan importantes o más que las limitaciones externas, del entorno, sobre las que no tenemos control, son las que nosotros mismos nos imponemos, al imaginarnos incapaces de ciertas cosas, o pensar que tal o cual comportamiento no cuadra con cómo somos, con lo que somos.

Creo que es por eso por lo que me ha gustado tanto esta historia (o leyenda: se non è vero, è ben trovato) que acabo de escuchar en uno de mis frikipodcasts a Skip Pritchard, director general de Ingram Content Group:

I just love this story of Art Tatum, arguably one of the best jazz pianist that's ever lived.

He was very young, he was blind in one eye, barely able to see in the other, had some very little musical training, but mostly he was self-taught.

How did he learn to play?

When he was very young he put his fingers on a player piano and he started to duplicate the song. [...]

What he didn't know as he started duplicating these songs, with the keys going down on the piano, is that the pieces he was learning to play were actually recorded by two people. He started to play these pieces and people were shocked and amazed, because he didn't know that the pieces that he learned to play on his own as one person, were played by two pianists; two hands, had been recorded by four hands. One person did what was previously only possible for two people to do. Not knowing what he was doing was impossible for anybody, he went right ahead and showed the world his musical genius.

What limitations are we putting on ourselves, our businesses, or industries, because we think it's the way it is, because it's the way it's always been done? If you could focus on what you do best, you could pick your unique differentiation points, what could be possible in your company, what could be possible for you?


26 de diciembre de 2010

Mis mujeres

Vengo de pasar el fin de semana en familia en Bercianos. Dos días fríos en el exterior, pero calentitos por dentro, de la manera particular que tenemos de querernos en mi casa: con pocas palabras, con menos gestos, pero sin dejar lugar a dudas.

Al pasar tiempo con mi madre y con mi abuela, al reconocerme en ellas, he comprobado hasta qué punto es cierto, al menos en lo que a mí respecta, esto que escribía hace unos días Dave Winer en su blog:

One rule I try to remember: We create each other. My mother was a woman. So was yours. Your father was a man. Mine too. We learned their values, like it or not. I am who I am not solely because I am a man, but also because I am my mother's son, and my grandmothers' grandson. And the student of all the women teachers I had (most of them were women). And I am also the product of every relationship I've had. It's a big mixed bag of genders that form whole people [...]

21 de diciembre de 2010

Vulnerabilidad*

Sé que no es la humildad precisamente algo que me defina. Y sin embargo, es algo que cada vez admiro más en la gente, pues lo interpreto como signo de sabiduría: la vida nos va poniendo en nuestro lugar, que muchas veces está por debajo (signifique esto lo que signifique) de donde nuestras fantasías nos sitúan.

Hace unas semanas, una persona, en un acto de generosidad por el que siempre le estaré agradecido, me puso frente a mis miedos, mis inseguridades, que se traducen, como pasa tantas veces, en prepotencia, en una aparente indiferencia por lo que los demás piensen o sientan.

Estoy tratando desde entonces de que la lección tenga consecuencias prácticas, de que cambie cómo me relaciono con la gente que me importa, y también con el resto del mundo.

No sé si alguien más está notando el cambio (entre otros motivos porque, con lo asocial que estoy, tampoco es que haya tanta gente a la que preguntar...), pero yo sí.

Me siento vulnerable. Y eso a la vez me gusta, me hace sentir vivo, y me asusta. Porque sé que puedo sufrir, que no todo me resbala, que bajo la burbuja de hormigón armado late un corazoncito caguetilla pero con ganas de querer y ser querido.

Si a eso sumamos la sobredosis de ternura que he recibido en vena en las últimas horas, que ha hecho mella en mi normalmente impenetrable cota de malla de ironía y desapego, creo que os podéis empezar a hacer una idea de cómo estoy (de cursi) hoy.

* © yapalf

19 de diciembre de 2010

Tarde de domingo

Sol invernal,
Mantita
Ordena (repasando los titulares de las miles de cosas que querría leer, sobre las que me gustaría escribir)
Leonard en vena
Y lo más importante: el cuerpo en orden, satisfecho