9 de junio de 2010

Ser conservador

Desde hace tiempo, tengo por cierto que, al menos en ciertos aspectos, los años me van volviendo cada vez más conservador.

Acabo de entender por qué:
"That is why the tersest description of a real conservative is Oakeshott's:

"Someone who prefers present laughter to utopian bliss."
(Alguien que prefiere la risa presente a la dicha utópica.)

(Leído en el blog de Andrew Sullivan)

Y aún mejor, en el mismo blog, citando un libro de Roger Scruton, que no sé quién es:
"It was not to change things, or to be part of things, or to be swept along by things, that I made my pilgrimage to Paris. It was to observe, to know, to understand. And so I acquired the consciousness of death and dying, without which the world cannot be loved for what it is. That, in essence, is what it means to be a conservative."

(No fue para cambiar las cosas, para ser parte de las cosas, para ser arrastrado por las cosas, para lo que hice mi peregrinación a París. Fue para observar, para saber, para entender. Y así adquirí conciencia de la muerte y del hecho de morir, sin la cual el mundo no puede ser amado por lo que es. Eso, en esencia, es lo que significa ser conservador."
Lo que me faltaba a mí, que mencionasen París...

(Por cierto, que en un lapsus, al traducir, en lugar de conservador, he escrito conversador... :-P)

3 comentarios:

Jose Manuel dijo...

Es una dicotomia interesante entre el espectador y el actor. El problema viene, cuando el espectador por la corriente del tiempo deviene en actor secundario.

Jose Manuel dijo...

Sigo sin tildes en este teclado.

Unknown dijo...

Claro, hay que valorar las (son)risas que uno pueda permitirse y tratar de conservarlas. Es importante.

Pero incluso quien tiene risas que conservar (no dramaticemos hablando de quien no las tiene) puede encontrar buenas razones para tratar de cambiar (cosas en) el mundo. Por compasión, componente esencial de la dignidad.

Creo