12 de diciembre de 2010

"Todas las canciones hablan de mí"

Es una sensación que tengo a menudo. Y es también el sugerente título de la primera película que dirige Jonás Trueba (hijo de Fernando, sobrino de David). Que resulta algo engañoso porque, que yo recuerde, aparte de una de Franco Battiato que suena entera, apenas se oyen canciones.


Una peli modesta, sencilla, que me habría gustado mucho más si el actor protagonista no me hubiese parecido tan limitado: la escena culmen de la peli, en la que él tenía que llevar todo el peso, y yo pensando ya en lo que haría cuando saliese del cine, porque ya estaba fuera, no me lo estaba creyendo en absoluto.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Tu si que desvarías , es cohibida pero no para gente como tu que rebuznas .

Anónimo dijo...

Queja decir que la película es cojonuda , no cohibida .
Hay mucha envidia en este mundo .

grankabeza dijo...

Efectivamente, yo desvarío. Pero el que rebuzna, si te fijas, eres tú (y ahora yo también).

No sé qué significa que una película sea cohibida (yo no utilizo esa palabra aquí)

Efectivamente, hay mucha envidia en este mundo. Siempre la ha habido y siempre la habrá, añado yo para que quede más rotundo. ¿Se supone que tengo envidia de algo por escribir lo que he escrito sobre la película?

Por si no queda claro, me gusta que se hagan este tipo de películas en España, y me alegro de haberla visto, pero qué le voy a hacer si no me gusta cómo actúa Oriol Vila en ella.