13 de diciembre de 2007

La tilde diacrítica

Hoy toca turroncillo ortográfico.

Anoche hablaba con F., una nueva amiga estadounidense, sobre lo mal que los españoles de nuestra edad escribimos en castellano. En particular yo le contaba que muy poca gente se preocupa de colocar correctamente las tildes, mayormente porque ya nadie conoce las reglas de acentuación.

A mí éste es un tema que me interesa, me gusta poner cuidado al escribir y trato de evitar las faltas de ortografía, incluyendo las de acentuación.

Entre éstas, hay una que comete incluso mucha gente que en general acentúa correctamente: me refiero al uso de la tilde diacrítica, la que se utiliza para diferenciar entre dos palabras que, aun escribiéndose de la misma forma, tienen significados diferentes. Por ejemplo: tú (pronombre) y tu (adjetivo posesivo); éste (pronombre) y este (adjetivo demostrativo), y así tantos y tantos.

Pues bien, la tilde diacrítica, como su propio nombre indica, se utiliza para distinguir entre dos palabras, por lo que es necesario que estas dos palabras existan para que se pueda utilizar.

Y aquí viene el error: hay mucha gente que, supongo que por analogía con el pronombre personal de primera persona , escribe *tí, con tilde. Pero esto no es correcto, porque al contrario que en la primera persona, donde el adjetivo posesivo es mi, en la segunda es tu, y no ti, por lo que no hay posible confusión y no cabe la tilde diacrítica.

Tres cuartos de lo mismo sucede con *ésto, que es igualmente incorrecto, porque no hay posible confusión entre el pronombre y un inexistente adjetivo demostrativo (se dice este coche, pero no esto lo-que-sea). Aunque sí se puede acentuar el pronombre demostrativo plural, éstos, porque el adjetivo demostrativo en plural es estos (y no *estes), y cabe la confusión entre uno y otro.

Buscando referencias para esto que digo, acabo de aprender algo en la página de la RAE, algo que yo no hago bien: "Los pronombres demostrativos no deben tildarse cuando no exista riesgo de ambigüedad en su interpretación". (Y, ya puestos, veo que lo mismo sucede con sólo/solo: "El adverbio solo no debe tildarse cuando no exista riesgo de ambigüedad en su interpretación").

Es decir, únicamente en las frases en las que existe posibilidad de confusión entre adjetivo y pronombre demostrativo se deberá acentuar este último. El ejemplo de la RAE, algo rebuscado:

¿Dónde encontraron esos documentos secretos? (Sin tilde, esos se interpreta como adjetivo que modifica al sustantivo documentos; el sujeto de la oración no está expreso).

¿Dónde encontraron ésos documentos secretos? (Con tilde, ésos se interpreta como pronombre en función de sujeto de la oración: ‘esos individuos, esas personas’).

Yo, hasta ahora, acentuaba siempre tanto los pronombres demostrativos (éste, ése, aquél) como el adverbio sólo. (No hay más que ver las tildes en los párrafos tercero y cuarto de este desvarío: "éste es un tema", "entre éstas"...)

Todo este rollo me sirve a mí para aprender este detalle; espero que también le haya servido a algún intrépido y aburrido lector, si es que alguien ha aguantado el turrón entero.

De lo que estoy seguro es de que habrá algún cabrón que pensará que lo debería haber escrito en el otro blog...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues a mí estos turrones me parecen imprescindibles. Y más ahora que nadie ha relevado a Lázaro Carreter y a los geniales artículos de 'El dardo en la palabra'.

Te propongo otro asunto: la cada vez más frecuente y triste confusión entre 'oír' y 'escuchar'.

grankabeza dijo...

No sé si lo de 'oír' y 'escuchar' tiene más chica de la que no soy consciente, pero he encontrado esto donde, citando el DRAE, diferencia entre los dos verbos así:

El español posee dos verbos (procedentes de los latinos 'audire 'y 'auscultare') con significados diferentes: 'oír' y 'escuchar'. Según indica el Diccionario de la lengua española de la Real Academia 'oír' significa 'percibir con el oído los sonidos' y 'escuchar' 'aplicar el oído para oír, prestar atención a lo que se oye'.

Para oír no se requiere la voluntad, para escuchar sí. Para no oír hay que taparse las orejas, para no escuchar basta no prestar atención, pensar en otra cosa. Para oír es suficiente un oído sano y un sonido perceptible, para escuchar se necesita premeditación.


Dicho lo cual, confieso que le tengo bastante tirria, por pedante, a Pepa Fernández, directora y presentadora del programa No es un día cualquiera, las mañanas de los sábados y domingos en Radio Nacional, que se refiere a su público como sus 'escuchantes', y no 'oyentes', para hacer hincapié en que ponen atención a lo que ella dice, no sólo* la oyen...

Pues vale.

*Como no hay posibilidad de confusión, aquí no debería llevar acento, pero me resisto a perder mis malas buenas costumbres. :-P

Anónimo dijo...

Sois los dos unos frikis del carajo, pero reconozco que me molan estos turroncillos.
Yo, que cometo faltas a porron, aunque no a voluntad, extragno mis egnes y mis tildes un monton...
Creo que con esta mierda teclado me estoy embruteciendo mas si cabe...por no hablar de los palos que le meto al castellano... asi que mi, al menos, podeis seguir adoctrinandome.
Abrazoo
D.