18 de septiembre de 2010

Vivir en los pronombres

Quizás si volvemos tantas veces, si echamos tanto de menos la ciudad cuando la ausencia se hace demasiado larga, es porque aquí recobramos con más intensidad la parte de nosotros que es exclusivamente nuestra, el espacio en el que no hay nadie más, la zona inviolable de secreto que es la médula y la materia misma de la que está hecho el vínculo entre dos amantes, el Jordán en el que se sumergen para quedarse limpios de todo lo que la vida en común, las rutinas y las obligaciones les han ido agregando. Un hombre y una mujer, un hombre y otro hombre, una mujer y otra mujer, necesitan replegarse de vez en cuando al paraíso que está siempre en los orígenes, al despojamiento de los primeros encuentros, cuando no eran más que ellos mismos, el uno frente al otro, cuando el mundo exterior quedaba rigurosamente cancelado más allá de la habitación en la que se encerraban para amarse y cuando sólo tenían en común el deseo y el asombro del reconocimiento: ni hijos, ni padres, ni ninguna clase de parientes, ni propiedades, ni costumbres, ni sobreentendidos, ni recuerdos compartidos que fueran más allá del día cercano en que se conocieron, ni propósitos que se alejaran demasiado hacia el porvenir.

Antonio Muñoz Molina en "Ventanas de Manhattan"

Este hermoso texto dice en prosa algo parecido a lo que expresa en verso, más exaltado, un poema de Pedro Salinas que copié aquí hace tiempo.

5 comentarios:

n. dijo...

Mmmm, curioso: esto mismo es lo que creo que el amigo Muñoz Molina refleja en la relación de dos de sus personajes en 'La noche de los tiempos', que ya por fin estoy a punto de acabar.

Y para terminar de cerrar el círculo, en la novela el profesor de la chica es Pedro Salinas...

grankabeza dijo...

Pues tendré que leerlo cuando termine "Las ventanas de Manhattan", que es con lo que ando ahora.

Me encantan este tipo de círculos!

n. dijo...

...el círculo no había acabado: al retomar el libro anoche, en la primera página que leo me encuentro los versos del poema de los pronombres.Igual es una espiral, más que un círculo...

Acabo de terminarlo, por cierto: muy recomendable!

grankabeza dijo...

:)

Por cierto, hablando de MM, no sé si leíste lo que escribí hace unos días sobre el "heroísmo retrospectivo", como él lo llama, y sobre todo la entrada en su blog a la que me refiero allí.

Creo que te gustará leerlo.

n. dijo...

Sí, lo leí en papel y lo recordé, ya con el libro casi leído, con tu enlace.

Supongo que habrás leído también esta entrevista.