28 de mayo de 2008

Ayer me puse deberes, y hoy por fin le dedico un rato a hacerlos.

Hace unas semanas descubrí este peculiar blog, donde varios cantautores estadounidenses escriben sobre cómo crean sus canciones.

De los cuatro autores yo sólo conocía a Suzanne Vega, por supuesto. Y a Rosanne Cash, pero por ser la hija del mítico man in black, aunque no había escuchado la música que hacía.

Me bajé algunos discos suyos, de la Cash, y lo cierto es que no me acaba de gustar, me deja bastante indiferente.

Y sin embargo, el artículo que leí ayer me interesó y me emocionó profundamente.

Creo que se debe en parte a mi curiosa relación con la música (curiosa para mí, claro), que es análoga a la que tengo con la literatura, aunque menos exacerbada.

Con los libros me pasa lo siguiente, probablemente ya lo he escrito aquí alguna vez: leo muy pocos libros, cada vez menos. Sin embargo, me encanta leer sobre libros, sobre escritores. O, últimamente, escuchar a los propios escritores hablar sobre sus libros, sus razones para escribir, sus objetivos, sus técnicas y herramientas.

(Por cierto, magnífico el podcast de las dos conferencias que dio hace un par de años Antonio Muñoz Molina en la Fundación Juan March de Madrid, que disfruté la semana pasada mientras bajaba a Salobreña, precisamente al atravesar su cuna jiennense. Al ir al buscarlas para poner el enlace descubro que han subido otras que dio en la misma institución en 1991. Lujazo.

Y ya puestos, aquí se puede escuchar al propio Muñoz Molina leyendo un texto suyo en inglés. Con muy buen acento, by the way)

Con la música me pasa algo parecido: me encanta leer sobre los cantantes y compositores a los que admiro, entrevistas con ellos, biografías, artículos sobre sus discos, sobre sus vidas.

Pero el caso de este post de Rosanne Cash es algo diferente, porque, como he dicho, su música no me apasiona (aunque es verdad que menciona a Kris Kristofferson, que es uno de los dioses menores de mi cada vez más poblado olimpo musical, y eso ya hace que para mí merezca la pena leerlo)

Sin embargo, lo que escribe sobre la relación entre los hechos "reales" y la supuesta ficción de sus canciones me resuena, y me encanta la manera que tiene de expresarlo, de contestar a un lector que le echa en cara su opinión en contra de quienes, a la hora de escribir canciones, tienen un apego desmesurado por los hechos, quienes se oponen a cambiar una sola coma para mejorar la canción si eso supone "traicionar" lo que vivieron y tratan de expresar mediante la música.

Y me gusta mucho también cómo relata el proceso de creación, en pandilla, de la canción de la que habla, que aún ni siquiera tiene título (se puede escuchar un fragmento en la propia página del post).

Y, por supuesto, los versos que cita, maravillosos:

You want love
But it’s never deep enough
You want life
But it’s never long enough
You want peace
Like it’s something you can buy
You want time
But you’re content to watch it fly

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