7 de marzo de 2008

Pena, asco

La campaña electoral termina de la forma más macabra: con el asesinato por los hijosdeputa de siempre de Isaías Carrasco, ex-concejal del PSE en Mondragón, Guipúzcoa.

Un temible enemigo de Euskal Herria: el tío trabajaba de cajero en un peaje.

Cogía el coche para ir a trabajar cuando un valiente gudari le ha metido cinco tiros a través del parabrisas.

Al parecer, la alcaldesa, de ANV, ha sido la primera autoridad en acudir al hospital adonde Isaías ha llegado aún con vida, para morir diez minutos después.

Me gustaría saber a qué coño ha ido.

Ella tiene suerte de haber salido con vida del hospital. Tiene suerte de que la gente no se tome la justicia por su mano. Yo no sé si habría podido contenerme.

Porque los miserables de los concejales de ANV ni siquiera han sido capaces de condenar el atentado.

Y, según he leído, también se han opuesto a que, como ha pedido la familia y al final se hará, la capilla ardiente se instale en el ayuntamiento.

(Por cierto, ANV gobierna en Mondragón en minoría, con sólo 7 concejales de 21. Y con el apoyo de Ezker Batua, la IU del País Vasco... Ojalá que esto no dure mucho más)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me sumo a tus palabras.

Toda mi rabia contra esos hijos de putas y aquellos nacionalistas que llevan alimentando su odio varias décadas y se muestran equidistantes entre dos supuestos frentes en lucha. Han alimentado a la bestia y la han azuzado para que otros pongan los muertos y el sufrimiento. Mientras ellos se benefician de la falta de libertad y de una sociedad enferma e insolidaria.

Gudaris cobardes e hijos de puta!!!
Nacionalistas, hipócritas de mierda!!!

Que unos y otros se pudran en el puto infierno!!!