Con el anhelo dirigido hacia ti...
No dejaremos huella,
sólo polvo de estrellas...
Ligereza, poder dejar de pensar (como pienso), de ser quien soy
La pena (¿la pena?) se va, se va, se fue
Atrapado por las palabras, intentando sentir, sólo sentir
Sólo quiero verte bailar,
quisiera verte girando
girando y mirándome mirar
Esta necesidad de hablar, de comunicar lo que siento, este anhelo sin dirección definida, sin objetivo. O, seamos honestos, dirigido, una y otra vez, a quien no siente el anhelo (¿precisamente porque no siente el anhelo?)...
Tengo tu sonrisa en una esquina
de mi salvapantallas
Brindo por las veces que perdimos
las mismas batallas
(Y se entromete en mi kabeza el macarra de Calamaro:)
Brindo porque recuerdo tu cuerpo
pero olvidé tu cara
Porque no tienes cara, ya no tienes cara, aún no tienes cara...
En la puta gloria en la playa, sol, olas, brisa, Drexler. Y, sin embargo, la necesidad de escribirlo (¿vivirlo para escribirlo?) y que lo leas tú (¿¿quién eres tú??)
Oigo una voz que me llama, casi un suspiro:
Rema, rema, rema
Creo que he visto una luz,
al otro lado del río
Yo voy muy serio remando,
y muy adentro sonrío
Creo que he visto una luz,
al otro lado del río
Ven conmigo, ven conmigo, ven conmigo
Y las únicas que vienen, las que acuden a mi llamada, son las gaviotas, que se posan en el mar frente a mí.
Y se acaba Drexler. Y llega Lenine.
Y las gaviotas se van.
Y yo me voy con ellas.
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