27 de marzo de 2009

Educar a nuestros políticos

Todas las noches me duermo escuchando la radio.

En los tres o cuatro minutos en que, tras apagar la luz, aún soy suficientemente consciente, me da tiempo a escuchar los reproches mutuos que nuestros políticos se lanzan cada vez que tienen ocasión.

Cansino.

Quizá sea eso precisamente lo que me ayuda a dormirme tan rápido.

No sé cómo es por otros lares, pero me gustaría pensar que en algún sitio los políticos son un poco más serios, y cuando se les hace una crítica razonable (por ejemplo, respecto a la forma de comunicar la retirada de nuestras tropas de Kosovo, a los casos de corrupción que salpican a múltiples ayuntamientos, a la desastrosa manera en que se gestionó la repatriación de los cadáveres de los soldados que murieron en el accidente del Yak-42), en lugar de responder con el "y tú más" (el apoyo a la guerra de Irak, los correspondientes casos de corrupción del partido que sea, etcétera), responden con argumentos a las críticas (si es que los tienen) o asumen que han cometido errores, como todo hijo de vecino, y piden disculpas por ello a la ciudadanía.

¿Existe alguna manera de educar a nuestros políticos, sin distinción de partidos, para que dejen de actuar como niños pequeños a los que se les pilla en falta y asuman de verdad sus responsabilidades?

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