(Aviso: escribo esto luchando con un teclado francés, así que habrà cosas raras, sobre todo con los acentos)
Conciertazo anoche de Bénabar en la sala Zenith, en la Villette.
No diría que fue emocionante, que es probablemente lo que màs valoro yo en un espectàculo, en una obra de arte, sobre todo por el tipo de mùsica que hace este pequeño crack.
Pero fue un espectàculo en toda regla, quizà el mejor que he visto en ese sentido.
La banda, la coreografía, las luces, el humor inteligente y socarròn de Bénabar, que se metio al pùblico parisino en el bolsillo con sus coñas y sus vaciles.
En fin, que la excusa que me había buscado para venir a París cumpliò con creces su cometido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario