14 de octubre de 2010

"Ladrón de palabras"

Así me definió hace mucho tiempo mi ex-amigo J y se me quedó grabado a fuego, porque el cabrón tenía mucha razón.

Recientemente me han vuelto a decir algo parecido: abuso de las citas, de las referencias, pongo poco de mí y demasiado de otros.

Lo cual a la vez me jode y me alegra.

Me fastidia porque no sé defenderme contra una crítica así. Lo intenté entonces aferrándome a la excusa de que otros han escrito lo que yo quiero decir mejor de lo que yo podría hacerlo, pero parece que no cuela.

Me gusta porque lo interpreto como que a alguien le interesa lo que yo pueda decir. Y eso a cualquiera, y más aun a un exhibicionista emocional de episódica verborrea (como empiece a hablar...), le tiene que alegrar el día, ¿no?

El caso es que, aunque no es la primera vez (está escrito aquí, no me detendré a buscarlo), vuelvo a tomar la resolución de poner más carne en el asador (será por carne...).

Avisadas quedáis.

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