Como quien no quiere la cosa, me he montado un plan de semanita en la playa.
Primero en familia, luego unos días solo.
Y, como cada vez que viajo, aunque sea para volver una vez más a Salobreña, fantaseo sobre todo con una cosa: la cantidad de libros que voy a poder leer.
Sé que no será así, que no encontraré la tranquilidad, la concentración, las ganas, pero en un arranque de "flipadez", acabo de amontonar unos diez libros que me gustaría leer esta Semana Santa:
Libros geeks: desde programación con Ruby on Rails a otro más sobre la revolución de Google (en français, en plus), pasando alguno de los que tengo pendientes desde que me llegaron hace ya no sé cuánto.
Y alguno más normalito, rememorando otras lecturas mientras me preparo para la próxima excursión...
Y, como cada vez que bajo a mi playita, el inevitable libro de poemas, por si me entra la vena (¿alguien lo duda?) y me lo llevo para que me haga compañía mientras contemplo la puesta de sol que ahora mismo ilustra mi perfil.
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