14 de septiembre de 2008

Como bien decía alguien el otro día, parece que hacemos hago esfuerzos por regresar a la adolescencia (de la que nunca llegué a salir, in the first place).

El último, volver a pillarme un pedo de esos con lagunas, y acabar durmiendo la mona en el coche hasta que se ha hecho de día.

A estas horas, aún no recuerdo dónde estuvimos después de pasar toda la tarde (literal: desde las seis y pico hasta pasada la medianoche) bebiendo cerveza en la Casa de Granada...

Los años no me habrán hecho más sabio, pero sí más previsor: en el maletero llevo siempre mi saco de dormir, precisamente para ocasiones como ésta.

No hay comentarios: