29 de septiembre de 2008

“Hasta no hace mucho yo creía que escribir equivalía a empezar a conocerse a sí mismo; pero a medida que va pasando el tiempo me doy cuenta de que nunca sabré quién soy por culpa de escribir. Y es que tal vez la felicidad, la verdadera felicidad, el mejor premio de todos, sea simplemente esto”

Enrique Vila-Matas, en conversación con Rodrigo Fresán.

10 comentarios:

elisewin dijo...

Oh, qué lúcido...!este hombre me hace chispas:)

g dijo...

Pues precisamente él, el hombre con más encanto de nuestro barrio, presenta el libro de otro (Eduardo Lago) de quien nada puedo decir.
Pero -oh, sorpresa- no podremos ir por motivos varios.
O ninguna de las dos porque estaremos rindiendo honores al señor Coderch que nos prepara el mejor arroz negro del mundo,
o tú, por motivos laborales.
besos a los dos.

(i bona nit)
g

grankabeza dijo...

Aaah, esos arroces del señor Coderch...

Pero bueno, a falta de pan, buenas son tortas: te recuerdo, g., que hoy es la primera de las charlas de Javier Marías... Aunque aún no es seguro que yo pueda ir, pero bueno.

g dijo...

Perro.
Más que perro.
Habrá podcast y lo escucharé una y otra vez.
De lo de Vila-Matas, res.
Aguántate esa :)
xxx

g

grankabeza dijo...

Pues ya que estoy, voy a ser un pelín más perro...

El viernes, como ya sabes, Ruibal en Galileo.

Y el jueves que viene, como no creo que supieses aún, Kevin Johansen en el mismo lugar.

Hala, pa que vuelvas! :-P

C. dijo...

Dios! Debes de oler a azufre y todo!!!! Cuánta crueldad!!!

grankabeza dijo...

Para que veáis que no todo en mí es maldad, que también queda sitio para la estupidez: no he ido a la conferencia de Marías de hoy porque me he equivocado de sitio, he ido al Círculo de Bellas Artes, y cuando me he querido dar cuenta ya no llegaba a tiempo a la Fundación Juan March.

Pero no hay mal que por bien no venga: g., así podremos escuchar juntos el mp3... ;)

g dijo...

Alá es grande y Mahoma, su profeta.
:)

grankabeza dijo...

Y luego diciendo no sé qué de mi crueldad, ¡con lo que te habrías reído si me hubieses cogido el teléfono!...

g dijo...

Eso fue un castigo divino (y culpa de los zombis).
Siempre nos quedará el mp3.