8 de mayo de 2009

Llevo unos días inquieto y sé perfectamente por qué: no encuentro la música adecuada para mi estado de ánimo.

Es una sensación muy desagradable, desasosegante. Creí que conocía la solución, pero esta vez ni siquiera ese recurso me funciona...

Y sin embargo, sé perfectamente lo que quiero: Quiero encontrar un disco nuevo, o desconocido hasta ahora para mí, de alguno de mis juglares predilectos.

Y es que tengo comprobado que la escucha repetida desgasta la música: pierde brillo, se va cubriendo de una fina capa de polvo.

Yo sólo sé que algo es realmente bueno cuando, tras dejarlo un tiempo en el estante musical, al volver a escucharlo recupero las sensaciones de las primeras escuchas.

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