Mis amigas barceloninas (e., s., C., g.) despiden a Benedetti con hermosos versos y doliente prosa.
Yo tuve mi momento Benedetti, pero hace tanto que ya ni me acuerdo. Pertenece a una época de mi vida tan lejana que diría ajena.
Le tengo cierta simpatía, pero no está en mi panteón: a menudo me resulta un algo cursi, un poco facilón.
Pero fue amigo de Idea.
Y además, los amigos de mis amigas son mis amigos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario