18 de mayo de 2009

Mis amigas barceloninas (e., s., C., g.) despiden a Benedetti con hermosos versos y doliente prosa.

Yo tuve mi momento Benedetti, pero hace tanto que ya ni me acuerdo. Pertenece a una época de mi vida tan lejana que diría ajena.

Le tengo cierta simpatía, pero no está en mi panteón: a menudo me resulta un algo cursi, un poco facilón.

Pero fue amigo de Idea.

Y además, los amigos de mis amigas son mis amigos.

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