16 de octubre de 2007

Bercianos

¿Es que hacemos las cosas sólo para recordarlas? ¿Es que vivimos sólo para tener memoria de nuestra vida?
Porque sucede que hasta la esperanza es memoria y que el deseo es el recuerdo de lo que ha de venir.
Jaime Sabines, una vez más.


Intento ponerme a escribir sobre estos tres días en Bercianos pero no encuentro por dónde empezar.

Han sido muchas cosas juntas, y las más importantes serán las que me calle: incluso en el exhibicionismo hay grados…

Para empezar, las sorpresas:

En mi kabeza tenía la idea de que, puesto que fuimos hace un mes escaso y la gente no había mostrado demasiado interés, esta vez sólo repetiríamos los incondicionales, más alguno de los que no pudo venir en septiembre. Cuatro personas, seis a lo más…

Pues nada de eso. Batimos todos los récords y nos llegamos a juntar doce individuos e individuas en la casa familiar. Y entre ellas, "Antonio", que nos dio mucho pero que mucho juego…

Y, lo mejor, las incorporaciones que enriquecieron el grupo. Y no sólo, aunque sobre todo, por su presencia y sus charlas ;-), sino por el juego que me han dado a mí para darle vueltas a cosas sobre las que no suelo pensar. Me han hecho ver al grupo de amigos a la vez desde dentro y desde fuera, he sido mucho más consciente que otras veces de las relaciones que se establecen, de los roles que desempeñamos cada uno. Y debo reconocer que hay ciertos aspectos de mi comportamiento cuando estoy suelto, desatado, que no me acaban de gustar… Pero me alegro mucho de haberlos visto. (Alguna vez me gustaría escribir en serio, sin mis coñitas que ya me empiezan a cansar hasta a mí, sobre las relaciones entre los hombres y las mujeres, y no sólo sentimentales o sexuales, aunque sean las que me obsesionan…)

El caso es que vuelvo distinto, más despierto, más consciente y contento. Y eso es mucho.

Otra sorpresa muy agradable, aunque planificada: El Empalme, donde nos dimos el viernes un festín como dios manda.

Y después, lo que no falla, lo que el páramo zamorano, en su humildad, no se cansa de ofrecernos:

Los paseos con Lúa, esa luz vespertina con la que N. nos quiso inmortalizar, mis carreras matutinas de las que tanto disfruto, el eterno parchís de madrugada, ese Churrasco que no pudimos ni quisimos perdonar…

…y como colofón apoteósico, el tour por media España que nos dimos, con el gran A. siempre al volante, para evitar el gigantesco atasco de entrada a Madrid:


Ver mapa más grande

P.D: Y cómo olvidar las ausencias, los que esta vez no vinieron pero que nos acompañaron igualmente (jefe Gandhi, jefa Casilda...)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

eres un fenomeno!
Cada vez a mas!!
D(g)

Anónimo dijo...

No queda otra que repetir, pues. Aunque, tal como lo vendes, igual hay que hacer dos turnos.

¡Pongan fechas, señores!

Las fotos no las he podido ver ni yo todavía...

Abrazos varios.