Hoy he dormido como el culo (y no ha sido la primera vez esta semana) y, después de venir escuchando la radio, he acabado poniéndome de mala hostia.
Entre las gilipolleces del PP y la bomba de los hijosdeputa de ETA, llego con ganas de escribir con un poquito más de sangre.
Empiezo por lo de los etarras: ha puesto una bomba en los juzgados de Vergara, en Guipúzcoa, pueblo en donde al parecer gobierna en minoría Acción Nacionalista Vasca, uno de los partidos satélites o zombies o como se quieran llamar de Batasuna, que con toda probabilidad será ilegalizado antes de las elecciones de marzo.
Según cuentan en la radio, la explosión, que no ha causado "daños personales", sí ha provocado importantes "desperfectos" en los comercios de la zona.
Yo he pensado: espero que todos los comerciantes cuyos establecimientos han sido afectados por la onda expansiva hubiesen votado a ANV, y que vayan ahora a protestarle a su alcaldesa, o que salgan diciendo gilipolleces sobre el conflicto, los derechos de los pueblos y su puta madre.
Y luego está el ramalazo xenófobo del PP: primero, con la idea de bombero de querer hacer firmar a los inmigrantes un contrato por el que se comprometen a respetar las costumbres españolas.
¿Pero qué coño significa esto? Para empezar, ¿qué quiere decir "respeto"? Y, sobre todo, ¿cuáles son esas costumbres tan arraigadas que los recién venidos deberían respetar?
¿Tendrán los inmigrantes la obligación de ir a misa diaria, como les gustaría a algunos?¿bastará con que vayan los domingos? ¿o sólo con que respeten a los católicos practicantes? ¿tendrán que salir en procesión en Semana Santa? ¿o será suficiente con que guarden un respetuoso silencio cuando vean desfilar los pasos? ¿estarán obligados a salir de cañas y a tapear? ¿o cumplirán el contrato con que no nos apedreen a los que vamos a los bares?
Y, para rematar la faena, sale el fenómeno de Arias Cañete con unas declaraciones que apestan a rancio, si no son explícitamente xenófobas, de señorito de dinero nostálgico de tiempos mejores, de cuando aquellos "camareros maravillosos [...], que les pedíamos un cortado, mi tostada con crema, lo mío con manteca colorá, y a mí una de boquerones sin vinagre, y te lo traía todo con una enorme eficacia", escandalizado porque las inmigrantes ecuatorianas prefieren hacerse una mamografía en España en un cuarto de hora a pagar "el sueldo de nueve meses" en su país de origen...
(Muchísimo mejor que yo lo expresa Soledad Gallego-Díaz en El País de hoy)
En fin.
1 comentario:
No te cabrees, hombre. Pal sueño, pastillas; pa los del PP, su propia medicina (estoy deseando que le hagan a más de uno y de una un examen de español, y el que no sepa... ¡a la puta calle!); eso sí, para el nacionalismo sólo queda paciencia. De todas formas, pero... si tu estabas fuera de servicio, también para el cabreo por estos temas, ¿no?
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