16 de febrero de 2008

La soledad

Hoy he ido al cine.

Esto, viendo el ritmo que llevo últimamente, no debería ser noticia.

Pero es que hoy he ido a un cine de verdad, de los de antes: pantalla de gran tamaño, nada que ver con ésas de los minicines que casi dan la sensación de estar viendo la película en casa; un extenso patio de butacas, forradas en terciopelo granate, o algo parecido; edad media del público, más de 60 años, sobre todo grupos de mujeres; música ambiental: un crooner que no he sabido reconocer, quizá Michael Bublé. Para rematar la extraña sensación de estar fuera del tiempo, entre el escaso público (por supuesto, he ido a primera sesión) estaba el tío de Saber vivir...

Pero la película poco tenía que ver con este desfasado decorado: La soledad, la gran sorpresa en los últimos Goya, que sólo habían visto, antes de que ganase los dos premios principales, 41000 personas en toda España, y que ahora, aprovechando el tirón, podemos ver los que la dejamos pasar entonces (a mí me pilló en plena temporada a-cinéfilo).

Después de verla, aún me sorprende más que resultase premiada, porque es una película distinta, con pocas concesiones, muy poco española: ¡las actrices son creíbles! (los hombres pintan bien poco en la historia, y además los actores me han parecido en general más flojos), tanto los personajes como las propias interpretaciones parecen sacados de la vida real, los diálogos también suenan a verdad, nada impostados, son un cursillo del lenguaje español actual, al menos en Madrid.

Hay alguna cosilla que no me acaba de convencer, y se me ha hecho un poco larga (las pelis, mejor de hora y media) pero reconozco que he salido del cine muy gratamente sorprendido.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sip, totalmente recomendable: prácticamente la única española pasable este año (también me gustó, pero no tanto, la de Icíar Bollaín).

En el lado opuesto, podríamos tener 'El patio de las estrellas', de Mario Camus (el director de 'Los santos inocentes') que recomiendo sólo como ejercicio: una historia bonita, pero con unos diálogos e interpretaciones muy forzadas, muy poco creíbles (¿y cómo es posible que el chaval que hace de ciclista-joven-con-cara-de-palo-y-al-que-casi-no-se-le-entiende-al-hablar estuviera seleccionado como candidato al premio de actor revelación en los Goya???).