Hay días en que la kabeza no karbura, en que el número de pensamientos que consigue llevar en pararelo (qué tiempos aquéllos, quién coño sabrá de lo que hablo...) no llega ni a uno.
Y hay otros en que sucede lo contrario, en que está receptiva a todo tipo de estímulos.
En que necesita leer, oír (música), pensar, aprender. En que parece que no hay tiempo para tantas cosas a la vez.
Hoy me toca uno de éstos.
Lástima ser hombre y por tanto incapaz de la multitarea por definición...
:-P
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