22 de julio de 2009

Reencuentro con Youssou N'Dour anoche en el nuevo escenario de Puerta del Ángel, tercera vez que lo veo en directo.

Y de nuevo sensaciones parecidas a las dos ocasiones anteriores, pero sin tanto rollo intelectualoide como hace un par de años.

Esta vez pudo más la magia de la música africana.

Más que pensar, sentí.

Me embriagué de esos ritmos hechizantes, me dejé llevar.

Gocé.

Sentí la alegría de vivir, me acordé de los ausentes, compartí con los presentes, me di cuenta de lo afortunado que soy, de lo poco que lo valoro y menos aún lo aprovecho.

Sonreí para dentro y para fuera.

Y volví a ver bailar a los negrazos que me fascinan y hacen que me muera de envidia por no tener esas piernas fabulosas, por ser incapaz de moverme como lo hago sólo en mis sueños.

À bientôt, Youssou, insha Allah!

[Añado: la crónica del concierto en El País]

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me alegro de que disfrutaras tanto, supongo que viene bien para lo tuyo. Por cierto, tanto que te gustan los enlaces, hipervínculos y citas, podías haberme puesto en el copyright de la frasecita de marras... :-P