Después del otro día, me quedé con ganas de volver a ver Limbo, y eso acabo de hacer (aunque con varias interrupciones, una de ellas para la inevitable siesta en ese pedazo de sofá tan acogedor...).
Es curioso. Creí que me la sabía de memoria y resulta que ni siquiera recordaba cómo terminaba.
Me atrevería a decir que me ha gustado más que otras veces. Me gusta el ambiente: una pequeña ciudad de la costa de Alaska que ve cómo desaparece la industria conservera mientras los que manejan el cotarro deciden que el futuro está en el pasado, en el turismo histórico. Grandes también los actores: David Strathairn (éste no falla), Vanessa Martínez y una Mary Elizabeth Mastrantonio que desde entonces (1999) parece haber desaparecido, con lo buena que era. Y lo bien que canta el clasicazo de Tom:
Ahora que aún me acuerdo (...), puedo decir que me gusta el final, que sin decir nada dice mucho. O dice lo que cada uno quiera, que también está muy bien.
¡Oh! Olvidé mencionar al jefe Kris, perfecto para su papel, que hace que el final sea aún más incierto, pues uno no sabe quién de los dos es él: si el Dr. Kristofferson o Mr. Silver-tongued-devil
I took myself down to the Tally Ho Tavern,
To buy me a bottle of beer.
And I sat me down by a tender young maiden,
Who's eyes were as dark as her hair.
And as I was searching from bottle to bottle,
For something un-foolish to say.
That silver tongued devil just slipped from the shadows,
And smilingly stole her away.
I said: "Hey, little girl, don't you know he's the devil.
He's everything that I ain't.
Hiding intentions of evil,
Under the smile of a saint.
All he's good for is getting in trouble,
And shiftin' his share of the blame.
And some people swear he's my double,
And some even say we're the same.
But the silver-tongued devil's got nothing to lose,
I'll only live 'til I die.
We take our own chances and pay our own dues,
The silver tongued devil and I.
...
Kris Kristofferson
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