25 de enero de 2006

Estoy poco poético últimamente (¿para bien o para mal?¿para bien y para mal?) pero ayer decidí que al menos estos dos poemas tenían que estar aquí, como cuelgan en la pared de mi cuarto.

Y ya puestos, un tercero, muy apropiado para estas horas del día, aunque no para un día como hoy, mísero miércoles laborable, ay:

El desayuno

Me gustas cuando dices tonterías,
cuando metes la pata, cuando mientes,
cuando te vas de compras con tu madre
y llego tarde al cine por tu culpa.
Me gustas más cuando es mi cumpleaños
y me cubres de besos y de tartas,
o cuando eres feliz y se te nota,
o cuando eres genial con una frase
que lo resume todo, o cuando ríes
(tu risa es una ducha en el infierno),
o cuando me perdonas un olvido.
Pero aún me gustas más, tanto que casi
no puedo resistir lo que me gustas,
cuando, llena de vida, te despiertas
y lo primero que haces es decirme:
"Tengo un hambre feroz esta mañana.
Voy a empezar contigo el desayuno."

Luis Alberto de Cuenca

1 comentario:

Anónimo dijo...

angel dijo...
Acabo de descubrir tu blog, y en él este poema de Luis Alberto de Cuenca que no había vuelto a leer desde hace años, al igual que el de Benítez Reyes. Dos ejemplos del buen decir poético de nuestro tiempo que aprecio reencontrar en este espacio.
saludos.....