Por fin vimos a Krahe en concierto, anoche en la Galileo.
Yo iba poco predispuesto, ayer tenía pocas ganas de escuchar ese tipo de música.
Pero Krahe es mucho Krahe, el tío es un espectáculo sobre el escenario, con su pinta de borracho vagabundo, su aire de despistado, sus gestos, sus muecas, sus coñas.
En fin, que me conquistó, que acabé disfrutando de un lujo cotidiano y accesible (toca casi todos los meses en Madrid, y por 10 eurillos) que ya hacía tiempo quería conocer.
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