Ayer se encendió la luz roja y comenzó a sonar la estridente sirena de mi BIBSD.
Me puse a buscar frenéticamente el botón de stop, pero, a pesar de las muchas veces que lo he necesitado, siempre olvido dónde está e incluso si existe, por lo que no puedo descartar que el problema aún persista.
El cualquier caso, siguiendo escrupulosamente el protocolo de seguridad, dejo aquí el preceptivo aviso a mis lectoras.
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