Ser de naturaleza ciclotímica con un considerable ramalazo exhibicionista conlleva ciertos riesgos. Uno es el de sentir, cada cierto tiempo, que uno se ha sobreexpuesto, ha dicho o escrito cosas de más, dejándose llevar por la euforia, el puro flipe y la resonancia.
La reacción natural entonces es la de cerrar escotillas, bajar el periscopio y permanecer un tiempo sumergido, under the radar. Es la natural pero no es la mejor, porque tiene una parte teatrera, de tontería, que esta vez no me voy a tolerar. Así que capearé el temporal (en un vaso de agua) y seguiré desvariando a diestro y siniestro. Y al que le dé que me perdone.
De momento, me pongo a Carlos Cano (¡el más grande!) para escuchar una de las mejores frases de la copla:
Entornó la puerta y, pa' no llamarla,
se clavó las uñas,
se clavó las uñas en el corazón.
Y olé!
:)
La reacción natural entonces es la de cerrar escotillas, bajar el periscopio y permanecer un tiempo sumergido, under the radar. Es la natural pero no es la mejor, porque tiene una parte teatrera, de tontería, que esta vez no me voy a tolerar. Así que capearé el temporal (en un vaso de agua) y seguiré desvariando a diestro y siniestro. Y al que le dé que me perdone.
De momento, me pongo a Carlos Cano (¡el más grande!) para escuchar una de las mejores frases de la copla:
Entornó la puerta y, pa' no llamarla,
se clavó las uñas,
se clavó las uñas en el corazón.
Y olé!
:)
2 comentarios:
Qué bueno! Me identifico del todo con estos ramalazos; primero el show y después el aterrizaje, ay...
Bienvenida, camarada ciclotímica!
;)
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